Insisto tanto con el timbre, suena, vuelve a sonar. Nadie atiende estos llamados.
Cuelgo, espero quince minutos mirando el reloj de la cocina. Vuelvo a insistir.
¿Donde estarás? No debería importarme.
Nena tenés que amar a tu hombre. Un asesino en el camino.
Círculos de viento que vienen a la ventana. El espíritu del dios resplandece en la lejana luz.
Flotante en estas notas de piano. Jinetes en la tormenta, escarpados jinetes en la ladera del valle de la muerte. Silencio. La seducción del desierto.
¿Porque no vas caminando conmigo? Hay bombas de estruendo. Aisladas.
Ya la calle está libre de esquirla. ¿Donde estas?
miércoles, 27 de junio de 2007
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