martes, 26 de junio de 2007

español

Era un español bajo la guirnalda del suelo azul donde habita.
Pasado de sueño de asociar vientos con lejanías
brillante, la estela antepuso el atardecer.
Los cielos, rígidos a los cambios.
Reflejan los ruidos, encienden los diamantes.
Robos de lirios y las series repetidas
en grises chozas.


A los costados los remolinos se abalanzan sobre
ciudades quietas.
Con suerte y desnudez por el ocaso
redentor que se ilumina justo.



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